domingo, 22 de febrero de 2009

Pilar Rosales

Gracias Pilar por seguir alimentándonos con tus vivencias personales.

Me uno a mis queridos amigos Felix y Gianfranco al brindis por este reencuentro desde el fondo de mi Corazon. Recuerdo que no eramos muchisimos, pero si suficientes para ponernos en marcha. Creo que lo que mas me enseno la DAV es a tomar la vida con un entusiasmo feroz, a enfrentar lo triste y lo malo que nos pudiera suceder en un servicio con entereza y luego a utilizar el humor, no como un arma c ontra los demas, pero como un medio de tolerar el cansancio y a veces hasta los sinsabores de la vida.

Hasta ayer, les soy sincera, me habia olvidado que la DAV tenia una cancion, pero ni bien Carmencita la envio, no encontre dificil tararearla. Cada uno de nosotros vivimos la experiencia de la DAV en forma distinta, sin embargo nuestro Corazon, y nuestro deseo de ayuda siempre tuvo el mismo Norte, ayudar a los demas.

Voy a extranar no poder estar con Uds. fisicamente, pero con mi espiritu estare alli.

Quecha, Jenny, un abrazo muy carinoso a Uds. dos mis veteranas luchadoras de siempre, gracias por el carino, y el “Arte de servir” que siempre ensenaron.

Companeros queridos, estan siempre en mi Corazon. Espero verlos pronto, Carinos,

Pilar

Aqui les va mis recuerdos,

Me acuerdo mucho del primer ano que pase en la DAV, ano 1980. Nella Bautista estudio conmigo, y desde un primer momento quisimos ser motorizadas. Desde luego que en aquella epoca, no habian motorizadas . No me olvidare que Quechita y Jenny, se opusieron tremendamente, ya que, segun nos explicaron, el trabajo motorizado era arduo, especialmente en la procesion del Sr. de Los Milagros. Pero nosotros entre que aprendiamos primeros auxilios con Carmencita Vegas y Fernando Mundaca, seguiamos tratando incansablemente de convencer a nuestras dos queridas Veteranas.

Finalmente, no entiendo como, Jenny nos llamo a su oficina y nos dijo que iba a aceptarnos, pero con la condicion de que si no funcionaba nos volviamos Damas Grises. Por supuesto que Nella y yo dijimos que si, y muy contentas, salimos a darles a todos las buenas nuevas.

Ahora bien teniamos un problema pues pantalones grises no vendian en tallas de mujeres. Y fue el siempre recordado Renzo Baffigo que nos dijo que su mama nos haria los pantalones. Sra. mia, siempre le agradeci la disposicion y la ayuda que nos presto, pues nos ayudo a entallarnos las camisas blancas y todo.

Por supuesto que estabamos luchando contra el tiempo pues la graduacion era pronto , y tratabamos de juntar las 200 horas de servicio para poder graduarnos. Juan Hernandez nos ayudo en lo que pudo para los servicios, y asi casi raspando nos pudimos unir a la Cruz Roja y asistir a nuestro primer servicio de la Procesion.

Nunca olvidare con que carino todos los chicos, cuidaron de nosotras, mi agradecimiento por siempre chicos. Bobby nos enseno a sacar los pies para que la llanta de la ambulancia no nos pasara por encima (Dicho sea de paso, las dos fuimos bautizadas el mismo dia yo con la llanta de adelante y Nella con la de atras),

Solo quienes han estado en la Procesion, en un servicio pueden saber lo que se experimenta, ya que la ambulancia avanzaba sin estar en marcha, empujada por la gente que venia detras. Habia momentos en que Juan o Fernando nos hacia meternos en la ambulancia, pues la mar de gente se juntaba y apretaba contra la ambulancia. Tantas personas se caian, se danaban y los chicos junto a los hermanos iban a darles auxilio y los transportaban a la ambulancia.

Me parece que atendi este servicio cada ano que permaneci con la DAV, hasta que me mude aqui. Tengo en mi memoria uno de esos dias en que avanzabamos con la ambulancia y a unos dos o tres metros divise a una ancianita que estaba a punto de desmayarse. Ahora bien dos o tres metros no es mucho, pero durante la procesion es dificil abrirse paso este trecho tan corto, porque hay un mar de gente de por medio. Le pase la voz a Arturo y no habia otras personas cerca, ya que una senora se acababa de romper la pierna y todos los presentes la estaban ayudando a entrar en la ambulancia. No se como Arturo levanto a la ancianita y la trajo a la ambulancia, en donde la sento. Ella nos dijo que no habia comido, asi que me abri paso hasta un restaurante que estaba cerca y no se como consegui leche y me parece una empanada. Ya de regreso la ancianita comio y se quedo sentadita en la ambulancia por un trecho hasta recuperarse.



La acompanamos a que tomara su colectivo y al despedirse me tomo la mano y me pregunto mi nombre y me dijo que todos los dias que le quedaran de vida rezaria por mi y que nunca olvidaria lo que habiamos hecho por ella. Esta senora me beso las manos, y me dejo paralizada de la emocion.
A mi se me llenaron los ojos de lagrimas. Y les puedo asegurar que siempre he sentido su compania. No se su nombre, pero recuerdo mucho su carita, y este dia tan especial, en que el Senor me mando un angelito.

Al final del dia, aunque el cansancio se notara en nuestras caras, nos sentiamos realizados, pues en realidad era un trabajo arduo, pero como nos llenaba el alma el poder estar al servicio de los demas. Realmente que solo una persona muy especial puede hacer esto.
Mi mensaje al escribir estas lineas es solo recordarles lo especial que fuimos y que somos, nuestros exitos, pequenos o grandes nos llenaban y nos engrandecian. No creo que hayamos perdido esa nuestra esencia que nos caracterizo. Y sobretodo esas ansias de ayudar a los demas, pues de todas, esta es la mision mas dificil, el continuar ayudando, aun cuando se sienta que ya no podemos dar mas.


Segunda historia-

Como empece a manejar la ambulancia…. YO MUJER!!!!

Bueno mi anécdota comienza un dia de servicio en la feria del Pacifico (Te llama la llama, se acuerdan?) Entonces solo los hombres manejaban la ambulancia en nuestros servicios. Yo ya había perdido la esperanza de hacerlo francamente. Hasta que ese dia llego, si llego, les cuento como.

Era uno de esos días de feria en que no pasa nada, habíamos estado allí todo el fin de semana y no habíamos tenido una emergencia. Era Domingo y era hora de almuerzo. Nuestros compañeros motorizados decidieron ir a almorzar, y bueno como no pasaba nada nos dejaron a mi y a Pedro Quevedo, encargados de la ambulancia. En ese entonces, Pedro no manejaba, asi que yo era la “pilota”.

Unos minutos después una señora con una hemorragia masiva es conducida a la posta de servicio. Desafortunadamente, estaba embarazada y había que transportarla al hospital. Y como encargada de la ambulancia, maneje ese dia. La verdad es que fue increíble, todo se ve en movimiento lento y es que pones todos los sentidos que tienes y que no tienes en manejar rápido, pero también eficientemente, y sobretodo de una manera segura. Llegamos al hospital y por supuesto la señora recibió la atención requerida.

Ya de regreso a nuestra posta, todos los compañeros estaban esperando, creo que estaban preocupados imaginando como me había ido en mi primera vez… Pedro les informo que había estado espectacular (gracias Pedrito!!!!), y la verdad es que me sentí en las nubes… si lo había conseguido, había manejado yeahhhhh!!!!!

Desde ese dia, me permitieron manejar y la verdad aunque parezca un logro pequeñito y sin consecuencias, para mi fue como tocar el cielo…ya que se consiguió que mas motorizadas manejen.


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